Por Franco Berardi Bifo
Thomas Matthew Crooks es el proletario de la hipermáquina digital, es la otra cara del tecno-optimismo. Es el trabajador cognitivo precario, que escribe software por unos pocos dólares de salario. Es el consumidor compulsivo de estímulos electrónicos. Es el objetivo de todas las campañas promocionales de las empresas de alta tecnología, es la víctima del bombardeo neuroinformativo. El héroe suicida, aplastado por una miseria psíquica y sexual, que la retórica política no puede en modo alguno comprender.